lunes, 19 de octubre de 2009

DIA 17,. TESALONICA BIZANTINA

Hoy teníamos previsto hacer un recorrido por la Tesalónica bizantina, aunque me pregunto ¿Qué rincón de esta ciudad no conserva un vestigio del esplendor de aquella época?

En primer lugar al salir del hotel fuimos a visitar la iglesia de los doce apóstoles, siglo XIV, declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO. Como hacia mucho calor íbamos en bermudas y no nos dejaron entrar, así que tuvimos que volver al hotel a cambiarnos de pantalones. De nuevo en esta iglesia pudimos admirar los maravillosos frescos que conserva en su interior, así como sus columnas originales de aquel tiempo.




Continuamos por la calle Egnatia, para mí una de las más hermosas de Tesalónica, y entramos en la iglesia de la Panagía Chalkéon, del siglo XI, igualmente en la lista del patrimonio de la humanidad. Unos metros más allá se encuentran los baños otomanos de Paradisos y al lado otra preciosa iglesia del siglo V, la de Acheiropiitos.


Bajamos por la plaza de Aristóteles y fuimos a ver la iglesia de Santa Sofía, siglo VIII. Ésta aún conserva algunos impresionantes mosaicos en su interior, aunque con la mayoría de ellos ya sabemos lo que pasó en los tiempos de la ocupación otomana.


Camino del museo bizantino, volvimos a pasar por el palacio de Galerio y buscamos a ver si podíamos encontrar los restos del antiguo hipódromo, pero no fuimos capaces de encontrarlo, así que proseguimos el camino hasta el museo donde por fin volvimos a encontrarnos con nuestra amiga Leona. El museo es impresionante, contiene una magnífica colección de iconos, así como sarcófagos y fragmentos de antiguas iglesias. Es un lugar de obligada visita en esta ciudad.


En la cafetería del museo tomamos un frapé, charlamos un poco de cómo le había ido el día anterior a Leona sola por Tesalónica y nos dirigimos hacia la Torre Blanca, emblema de la ciudad y punto de referencia por excelencia. Teníamos pensado entrar, pero al ver la cantidad de gente que había esperando, decidimos continuar y dejarlo para otra ocasión.








Allí cerca se encuentra la estatua ecuestre de Alejandro Magno. Paseamos un poco por los jardines y nos hicimos unas fotos ante este monumento en recuerdo del gran rey macedonio.


Tomamos un taxi para subir hacia la ciudad alta y una vez allí dimos un paseo por las antiguas murallas de la ciudad, increíblemente bien conservadas. Vimos el Heptapirgo, las siete torres, y seguimos caminando por esta parte de la ciudad. Fuimos bajando poco a poco, disfrutando de la tranquilidad de esta zona y nos sentamos en una ouzería a comer y beber algo.


Después de comer continuamos el camino hacia el puerto, paseamos por el paseo marítimo y el centro de la ciudad. Compramos algunos libros y discos, así como unos recuerdos de la zona, y nos sentamos en una terraza a descansar y tomar unas copas. Más tarde camino ya de la furgoneta de Leona entramos en un souvlatsídico a cenar los típicos souvlakis. Dejamos a Leona en su furgoneta y nosotros tomamos un taxi para volver al hotel porque teníamos los pies hechos polvo de tanto caminar.

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