miércoles, 7 de octubre de 2009

DIA 11.- COSTA OESTE Y PUEBLOS DEL PELION

Este día teníamos pensado visitar un poco de la costa oeste y algunos pueblos del interior, así que desayunamos y nos dirigimos hacia Agria, un pueblo muy cerca de Volos, capital de la región de Magnesia. Aquí fuimos a la oficina de turismo para recoger información de lo que podíamos visitar al día siguiente en los alrededores de Volos. Tomamos un frapé en el puerto y seguimos por la carretera de la costa hasta pasado el famoso centro vacacional de Kalá Nerá, para coger la carretera que nos llevaría hasta Milies.




Este es un pintoresco pueblo, famoso además de por la posición en la que se encuentra, por los volúmenes de su biblioteca. Estuvimos visitando el pequeño museo del pueblo y una exposición de juegos infantiles muy interesantes "De la peonza al ordenador". Aquí pudimos saber cómo la mayoría de los juegos a los que hemos jugado cuando niños, ya existían en la antigüedad, como se puede observar en las ilustraciones de algunas vasijas y otros utensilios de la época.


Tras caminar un poco por sus calles y visitar su iglesia, donde asistimos a la explicación del fresco más original de la misma, la rueda de la vida.Tomamos un refresco y nos dirigimos a Visitza, un pueblo pocos kilómetros más arriba de Milies.



Dejamos el coche en el "curioso parking" del pueblo, ya que la circulación por sus calles está prohibida. La mayoría de las casas señoriales, hoy convertidas en pequeños hoteles, están declaradas patrimonio cultural y forman un conjunto en perfecta armonía con la exhuberante naturaleza. Visitamos la iglesia y nos sentamos a comer en la plaza, en un restaurante situado ante dos inmensos plátanos, uno de ellos de 600 años.



Más tarde tomamos la carretera en dirección Argalastí y paramos en una playa perteneciente al pueblo de Kalamós. Nos fuimos hasta el final de la playa, junto a la desembocadura de un pequeño río, y aquí nos dimos un baño en unas aguas tranquilas e increíblemente transparentes.



Tomamos un poco el sol y sofocamos la sed con otro delicioso frapé.


En el hotel, nuestra amiga Zula, nos había dicho que hoy había un festival de música popular en Agios Lavendros, muy cerca de Hania, así que nos dirigimos hacia allí, pero al llegar no encontramos sitio donde aparcar, ya que es un pequeño pueblo en la montaña, con calles muy estrechas. Yo empezaba a sentirme un poco mal, me dolía bastante la cabeza y estaba bastante cansado, por lo que decidimos volver al hotel. Una vez allí nos duchamos y fuimos a una cafetería cercana a tomar alguna cosa. Menos mal que Leona tenía en su furgoneta varios polares, pues en la terraza hacía bastante fresco. En el interior tenían la chimenea encendida. Después de tomar unas copas nos fuimos a dormir para estar en forma al día siguiente

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