lunes, 29 de junio de 2009

LAS TERMOPILAS




"Espartano, vuelve con tu escudo, o sobre él".
Cuantas veces hemos oido estas palabras en relación a la batalla de las Termópilas, una de las más grandes gestas de la Grecia clásica junto con la batalla de Marathón.

Yo creo que a cualquiera que le interese minimamente la historia no debe dejar de pasar por estos lugares, donde sólo pisarlos, hace que sintamos que estamos reviviendo hechos y momentos tan magníficos y gloriosos como pocos se han desarrollado en la historia.





Las Termópilas en la actualidad, no es el estrecho paso por donde el ejercito persa quisiera llegar a Atenas y que tan heroicamente defendiera Leónidas y sus espartanos. El mar se ha retirado en estos años unos kilómetros y no se puede apreciar bien lo angosto del paso. Por donde transcurre la autopista que va hacia Atenas, era donde se encontraba antiguamente el mar, allí es donde se ha erigido el impresionante monumento a Leónidas, los trescientos y los Tespios que lucharon y murieron allí.





Al otro lado de la autopista podemos caminar por lo que fué el campo de batalla y darnos un buen y relajante baño en las aguas sulfurosas de las Termópilas " puertas calientes". el agua que cae de la montaña está como a unos 40 grados, produciendo una extraña pero estupenda sensación sobre el cuerpo.






Os animo a todos a que no dejeis de visitar este lugar en vuestro viaje a Grecia. Bien sea por el baño, bien por el memorial, bien por el hecho histórico, es un lugar que no deja a nadie indiferente.


domingo, 28 de junio de 2009

MONASTERIO DE RILA






El monasterio de Rila es el segundo gran templo de la Iglesia ortodoxa después del monte Atos en Grecia. Aunque sus edificios datan de los siglos XIII y XIV, del conjunto original sólo se conserva la torre de Hrelio, junto a la iglesia, una pétrea estructura medieval de planta cuadrada que sirvió como atalaya de vigilancia.
Tras la destrucción sufrida durante la invasión otomana, fue reconstruido en el siglo XV y subsistió como el centro cultural más significativo de Bulgaria durante la dominación turca. En el siglo XIX fue arrasado de nuevo por un incendio; todo el país se volcó para poder reconstruirlo por completo en un proceso que duró treinta años. Los arquitectos siguieron los cánones del Renacimiento búlgaro vigente, y los más ilustres artistas pintaron los frescos de la bóveda y las paredes del atrio en la iglesia principal de la Natividad de la Virgen.











El auténtico tesoro de Rila es lo que representa: la recuperación de una obstinada identidad cultural castigada por la historia. Los fondos del monasterio reúnen importantes obras pictóricas del Renacimiento, tallas y piezas únicas de iconografía de los siglos XIV, XV y XVIII. En las viviendas de cuatro pisos que rodean el patio hay más de 300 celdas, una cocina con una chimenea gigante y cuatro capillas. Aún hoy, una docena de monjes hacen aquí vida contemplativa y celebran la liturgia.
Para experimentar la austera vida monacal, nada mejor que alojarse en el ala reservada a tal uso. El viajero puede amanecer y contemplar lo primero el pico Musala, el más alto de la península Balcánica, cuyo nombre de origen turco-árabe significa "el último antes de Dios".

martes, 23 de junio de 2009

LA GRANDEZA DE OLYMPIA




Mucho sabemos acerca de los juegos olímpicos que se celebran en la actualidad. Conocemos los principales atletas, los equipos ganadores, el ranking del medallero, las ciudades donde se han celebrado últimamente, etc. Pero ¿qué sabemos del origen de estos juegos?

Existen pruebas de que hacia el año 1000 a.c. se celebraban aquí juegos en honor de Pélope y de Hipodamia. Inicialmente eran locales, pero poco a poco fue suscitando el interés de las ciudades próximas. Ya en 776 a.c. se reorganizan estos juegos en honor a Zeus y se celebra la primera olimpiada y desde entonces cada cuatro años, durante el desarrollo de éstos, cesaban las guerras entre las distintas ciudades-estado de Grecia. Los ganadores recibían una corona de olivo silvestre, convirtiéndose así en héroes en sus ciudades de origen.

Sabiendo ésto ¿cómo es posible que alguno diga que no merece la pena visitar el recinto arqueológico de la Antigua Olimpia, porque sólo hay piedras?




En mi viaje por el peloponeso del año pasado, éste fue uno de los lugares que más me impresionaron. Poder estar ahí donde todo eso ocurría, donde se levantaba la estatua de Zeus, una de las siete maravillas del mundo, donde el mismo Nerón se construyó un palacio para poder asistir y participar en estos juegos.







Solamente entrar, impresiona la columnata de La Palestra, espacio dedicado al entrenamiento de lucha. Seguido del gimnasio y los baños conforman un conjunto que, sobre todo en primavera, es todo un espectáculo.





La única columna en pie del templo de Zeus, así como los tambores del resto de columnas esparcidos alrededor nos hacen imaginarnos la grandiosidad que tuvo en aquella época. El taller de Fidias, donde éste esculpió la singular estatua de Zeus, el Filipión, los tesoros de aquellos que iban a participar en los juegos y otros edificios hacen que nos transportemos a aquellos años donde Grecia era una fantástica nación.


Y como no, atravesar el arco que nos conduce al estadio olímpico hace que algo grande se nos mueva en el corazón.





Tras la visita al recinto arqueológico, debemos inexcusablemente entrar en el museo donde al contemplar los frontones y metopas del templo, la estatua de Hermes de Praxílteles, el conjunto de Zeus raptando a Ganímedes, la estatua de la victoria y otras piezas impresionantes a más de uno se le llegan a saltar las lágrimas de emoción.























Por todo ello os sugeriría que si vais a Grecia no dejéis de visitar la Antigua Olimpia, a poca sensibilidad que tengáis, os cautivará