martes, 23 de junio de 2009

LA GRANDEZA DE OLYMPIA




Mucho sabemos acerca de los juegos olímpicos que se celebran en la actualidad. Conocemos los principales atletas, los equipos ganadores, el ranking del medallero, las ciudades donde se han celebrado últimamente, etc. Pero ¿qué sabemos del origen de estos juegos?

Existen pruebas de que hacia el año 1000 a.c. se celebraban aquí juegos en honor de Pélope y de Hipodamia. Inicialmente eran locales, pero poco a poco fue suscitando el interés de las ciudades próximas. Ya en 776 a.c. se reorganizan estos juegos en honor a Zeus y se celebra la primera olimpiada y desde entonces cada cuatro años, durante el desarrollo de éstos, cesaban las guerras entre las distintas ciudades-estado de Grecia. Los ganadores recibían una corona de olivo silvestre, convirtiéndose así en héroes en sus ciudades de origen.

Sabiendo ésto ¿cómo es posible que alguno diga que no merece la pena visitar el recinto arqueológico de la Antigua Olimpia, porque sólo hay piedras?




En mi viaje por el peloponeso del año pasado, éste fue uno de los lugares que más me impresionaron. Poder estar ahí donde todo eso ocurría, donde se levantaba la estatua de Zeus, una de las siete maravillas del mundo, donde el mismo Nerón se construyó un palacio para poder asistir y participar en estos juegos.







Solamente entrar, impresiona la columnata de La Palestra, espacio dedicado al entrenamiento de lucha. Seguido del gimnasio y los baños conforman un conjunto que, sobre todo en primavera, es todo un espectáculo.





La única columna en pie del templo de Zeus, así como los tambores del resto de columnas esparcidos alrededor nos hacen imaginarnos la grandiosidad que tuvo en aquella época. El taller de Fidias, donde éste esculpió la singular estatua de Zeus, el Filipión, los tesoros de aquellos que iban a participar en los juegos y otros edificios hacen que nos transportemos a aquellos años donde Grecia era una fantástica nación.


Y como no, atravesar el arco que nos conduce al estadio olímpico hace que algo grande se nos mueva en el corazón.





Tras la visita al recinto arqueológico, debemos inexcusablemente entrar en el museo donde al contemplar los frontones y metopas del templo, la estatua de Hermes de Praxílteles, el conjunto de Zeus raptando a Ganímedes, la estatua de la victoria y otras piezas impresionantes a más de uno se le llegan a saltar las lágrimas de emoción.























Por todo ello os sugeriría que si vais a Grecia no dejéis de visitar la Antigua Olimpia, a poca sensibilidad que tengáis, os cautivará

1 comentario:

  1. Hola!! me han gustado mucho tus relatos de viajes, muy interesantes tus impresiones sobre el Peloponeso y Olympia! gracias por comentar en nuestro blog, seguiremos compartiendo experiencias de viajes

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